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Dios habla hoy

La Biblia

Versión popular

Sociedades bíblicas unidas

Bogotá, Colombia, 1983

01

La Biblia

 

Mi primera recomendación tiene que ser para la Palabra de Dios, que no tiene sustituto en nuestro afán de buscarle. Leer la Biblia es para mí un placer diario y el tiempo que paso en ella es clave para establecer mi diálogo con Dios. A ella recurro como consejera, como medicina, como maestra, como estímulo, como lugar de descanso, como fuente de sabiduría.

 

La traducción Dios habla hoy es la que utilizo con más frecuencia, pero también uso otras traducciones cuando la ocasión lo precisa, pues cada versión ofrece una ventaja particular. Estoy convencida de que existen hoy en día suficientes traducciones de La Biblia para que cualquier persona pueda acercarse a ella y no solo entender sino también disfrutar su lectura, remotos son los años en que sólo existían versiones prácticamente indescifrables para el ciudadano de a pie.

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A ella recurro como consejera, como medicina, como maestra, como estímulo, como lugar de descanso, como fuente de sabiduría.

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Si eres principiante en la lectura de La Biblia y no sabes dónde empezar, te recomiendo los evangelios —los cuatro primeros libros del nuevo testamento (el de Juan es mi favorito)—, y también el Génesis y el Éxodo —los primeros dos libros del antiguo testamento (escritos por Moisés)—, pero sobre todo, mi mayor recomendación, mi súplica, es que te acerques a ella buscando a Dios, con real intención de escucharle, de entender el mensaje personal que tiene para ti. Nunca como una tarea forzada o una norma religiosa. Te prometo que será la experiencia más conmovedora, ¿pues qué corazón se queda inmóvil ante estas palabras?:

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Israel, pueblo de Jacob, ¿por qué te quejas? ¿Por qué dices: «El Señor no se da cuenta de mi situación; Dios no se interesa por mí»?
¿Acaso no lo sabes? ¿No lo has oído? El Señor, el Dios eterno, el creador del mundo entero, no se fatiga ni se cansa; su inteligencia es infinita. Él da fuerzas al cansado, y al débil le aumenta su vigor.

Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse, hasta los más fuertes llegan a caer, pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.

 

Isaías 40:27-31

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